Soy un periodista independiente que ha investigado sobre los eventos del once de Septiembre desde aquel terrible día en que nuestras vidas y realidad política fueron tan drásticamente cambiadas.

Mi investigación original y artículos han resultado en diversos descubrimientos que son clave para estudiar lo que realmente pasó en el World Trade Center, el Pentágono y la mina reclamada en Lambertsville, Pennsylvania.

Desafortunadamente, ya que mis descubrimientos no apoyan la versión conspiratoria oficial del gobierno, he sido tildado de “teórico de la conspiración anti-gobierno” por aquellos que se niegan a investigar cualquier evidencia que rete a la versión oficial.

El pasado 15 de Agosto, un grupo de tres policias encubiertos vinieron a mi casa y me sometieron en un arresto injustificado. Me aplicaron shocks eléctricos con un ‘Taser’ mientras estaba sometido y fracturaron mi codo derecho en frente de mi esposa y de mi hija de ocho años. Mi trabajo me hizo ser un blanco de aquellos que se dedican a promover las mentiras acerca del 11-S.

Naturalmente, este ataque brutal me ha afectado duramente. Fui arrojado a una celda sin agua y se me dijo que podía “beber del retrete”. Cuando pregunte que porque policias encubiertos armados habían estado merodeando alrededor de mi casa, se me dijo: “le estamos observando”.

Posteriormente, se me aplicaron dos cargos ‘comodín’ por delitos menores e inmediatamente me convertí en objeto de una bien orquestada campaña internacional para desprestigiarme –y por extensión, desprestigiar mis artículos e investigación-.

Ahora tengo que enfrentar un juicio el 31 de Mayo en la corte del condado de Cook, y apreciaría si usted pudiera contactar al alcalde de Hoffman Estates para expresarle su preocupación por lo que me ha sucedido. En la América de hoy día, lo que me pasó a mi le puede pasar a cualquiera. Por ésta razón necesito ser tomado en cuenta por ciudadanos conscientes.

Los datos para contactar a éstas personas están disponibles aquí:
bollyn.com/index/?id=10451
 

¿Por qué los investigadores del 11-S son atacados?

Tres semanas después de ser sometido y arrestado, otro investigador del 11-S, el profr. Steven E. Jones fue etiquetado en la local filial de NPR (Radio Pública Nacional, por sus siglas en inglés) de “anti-semita” y removido como catedrático de la prestigiada universidad mormona.

Jones y Yo colaboramos en la primavera del 2006 en su investigación acerca del metal derretido que fue visto en el WTC. Yo había escuchado y reportado acerca del acero derretido  que fue encontrado en los cimientos de las tres torres colapsadas en el verano del 2002.

Estos reportajes llamaron la atención del profr. Jones algunos años después. Su interés cientifico dio como resultado la tesis de que cargas incisivas de termita (thermite) habían sido usadas para facilitar la destrucción de las torres gemelas y del edificio no. 7 de 47 pisos.

Llevé la investigación de Jones a la universidad de California en Davis en donde conocí al profr. Thomas Cahill. Cahill había recopilado datos y analizado el humo (con un Davis DRUM) que se levantó de los escombros del WTC desde comienzos de Octubre hasta la navidad del 2001. La abundancnaria de nano-particulas en el humo indicaban que el metal derretido debajo de las torres estaba más caliente que el punto de ebullición del acero y otros metales encontrados en el humo azulado.

Este es el tipo de evidencia que odian quienes apoyan la versión oficial.
 

Campaña de difamación y Miedo

¿Estuvieron relacionados los ataques al profr. Jones y a mi persona?

¿Fuimos atacados, difamados y desprestigiados por hacer demasiadas preguntas acerca del 11-S?

En su artículo más reciente, “War and the police state: complicity of the american people” (La Guerra y el estado policiaco: complicidad del pueblo americano), Donna J. Thorne escribió: “ Temiendo ser expuestos, los zares de la propaganda saben que los ‘busca-verdades’ deben ser etiquetados y desprestigiados para que la corrupción gubernamental y el fraude corporativo florezcan imbatibles.” “El miedo intenta silenciar a los disidentes”, Thorne escribió. “Mientras el movimiento por la verdad gana intensidad y amasa credibilidad, los mercaderes del miedo han comenzado a anunciar aún otra amenaza mas a la seguridad nacional: las mentes inquisitivas.

Esto son a la vez buenas y malas noticias. Ya no somos ignorables. Temiendo ser expuestos, los zares de la propaganda saben que los ‘busca-verdades’ deben ser etiquetados y desprestigiados para que la corrupción gubernamental y el fraude corporativo florezcan imbatibles. Por lotanto, preparense para una campaña intensificada de difamación y miedo. Cualquier grupo o individuo que cuestione la versión oficial del 11-S o que ejerza el derecho para reclamar cuentas al gobierno será tildado de ‘anti-gobierno y anti-patriota’.”

¿Dejaremos que eso suceda? ¿Pelearemos por la verdad, o nos someteremos silenciosamente a las mentiras?